miércoles, 22 de julio de 2009
Vos te preocupas por hacerme entender, o entender por mí. Estás pendiente de lo que pueda llegar a pasarme, y me advertis las cosas, aunque permitis que me equivoque ciertas veces, y me enseñas a aprender. Me das tu mano, y siempre caminamos juntas. En los tiempos en los que me caígo, o vos te caés, los recesos son largos, y me hacen extrañarte. Me permito necesitarte, me permito formar parte de vos. A veces te extraño demasiado, y te aconsejo, a veces me extrañas por demás, y me ayudas. Pequeñas pistas para errores cometidos. Cuando nos levantamos, estamos fuertes, estamos contentas, aunque a veces no lo estemos, pero intentemos parecerlo. Nosotras nos encargamos de que las apariencias engañen. Vos te encargas de llenarme de felicidad, y de alegría. Nosotras juntas podemos contra todo, ya que nada puede contra nosotras. Nosotras juntas, somos nosotras mismas, y pertenecemos a nuestro mundo. Un mundo lleno de manzanos con manzanas rojas, inalcanzables, deseables, y dulces -algunas-. Un mundo que nosotras mismas creamos, y al que juntas vamos a pertenecer por el resto de nuestras vidas. Una soledad eternamente acompañada.
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