jueves, 4 de junio de 2009

La abrazó de repente -Te amo- es lo único que logró decir antes de que un mar de llantos guardados sean desatados. Ella no hizo más que sentir ese abrazo, lo necesitaba con todas sus fuerzas que aún resistían.
-Gracias-Susurró. Cerró los ojos y sintió el cuerpo de su pequeña pegado al de ella. Sintió su corazón y sus lágrimas rodando sobre su rostro. Lágrimas de felicidad compartida, de alivio.
-Perdoname, nunca quise hacerte mal. Nunca quise no dar la cara…-
-Sh, tranquila. Ya pasó todo-
Esas palabras calmó el tsunami de emociones en su cabeza. No iba a soltarla más. Ese abrazo le sentaba tan bien en ambas.
Un alivio calmó todas sus tormentas. Respiraron a la par, unos largos minutos fueron testigos de ese abrazo, por ahora interminable.

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